Un “sistema de atención de la salud (SAS)” engloba la totalidad de acciones que la sociedad y el Estado desarrollan para la atención de la salud. El SAS es una respuesta social organizada (del Estado y la sociedad) a los problemas de salud. Implica la interrelación de distintos niveles de prestación de servicios de salud, los cuales pueden ser primarios (salas médicas) o secundarios (hospitales), públicos o privados, centralizados o descentralizados de una región o país. Un sistema de atención de la salud incluye la prevención de la enfermedad, la atención de la enfermedad, los mecanismos de financiamiento (aseguradoras privadas, seguridad social y Estado en sus diferentes niveles de gobierno), los recursos humanos, las tecnologías, la producción y logística de adquisición de insumos, las decisiones estratégicas de inversiones, entre muchos otros aspectos.

De esta manera es posible identificar las siguientes características de los SAS:
- El número de actores que participan: pacientes (como usuarios y contribuyentes), proveedores (públicos y privados), financiadores (aseguradoras privadas, seguridad social, estado), reguladores (estado y asociaciones intermedias).
- Tienen múltiples dimensiones (políticas, económicas, financieras, médicas, jurídicas y sociales).
- Están sujetos a restricciones de tipos operativas, económicas, administrativas, legales y políticas.
Dadas estas complejidades es difícil encontrar, en general, que los operadores de los SAS dediquen tiempo y recursos económicos propios para desarrollar e implementar estas tecnologías, percibiéndolas como de baja prioridad frente a necesidades más acuciantes. Esta situación pone de manifiesto la necesidad de contar con grupos de trabajo independientes capaces de interactuar con los referentes de los SAS y con su colaboración desarrollar y transferirles las tecnologías a costo cero para ellos.